lunes, 28 de febrero de 2011

En portada - La lucha por la tierra

En 2001 un equipo de En Portada viajó a Brasil para mostrarnos el testimonio y la lucha de Los Sin Tierra, el movimiento político-social que desde mediados de los 80 lucha por una profunda reforma agraria en América Latina. El reportaje fue emitido el 12 de junio de 2001 y recibió el premio Manos Unidas 2002.

ALBA TV

El siguiente reportaje documenta la lucha de los campesinos y las campesinas del Aguán en Honduras, quienes vienen luchando por su territorio desde hace años y contra el golpe de estado, que desde el 29 junio del 2009 ha traído al pueblo hondureño represión y más saqueo.

En esta zona de Honduras los campesinos enfrentan el asedio del ejercito golpista y las bandas armadas (paramilitares) del oligárca Miguel Facusse “dueño” de diversas empresas y cómplice del golpe de estado y del actual gobierno ilegitimo de Porfirio Lobo.
El reportaje es dedicado a los compañeros Teodoro Acosta, Ignacio Reyes, Raúl Castillo, Ciriaco Muñoz y Jose Luis Saucedo Pastrana campesinos organizados en el Movimiento Campesino del Aguan, MCA, asesinados por paramilitares a las órdenes del terrateniente y empresario Miguel Facussé, en el transcurso que se editaba este reportaje
En esta coyuntura tan adversa los hombre y mujeres del Aguán, resisten.

Realización: José Gayá Asistenten de edición: Nanny Alves


lunes, 14 de febrero de 2011

Sequías, inundaciones y alimentos

Interesante artículo de Paul Krugman, premio nobel de economía de 2008, sobre a crise dos alimentos.


Estamos en mitad de una crisis alimentaria mundial (la segunda en tres años). Los precios mundiales de los alimentos batieron un récord en enero, impulsados por los enormes aumentos de los precios del trigo, el maíz, el azúcar y los aceites. Estos precios desorbitados solo han tenido un efecto limitado en la inflación estadounidense, que sigue siendo baja desde un punto de vista histórico, pero están teniendo un impacto brutal para los pobres del mundo, que gastan gran parte o incluso la mayoría de sus ingresos en alimentos básicos.

Las consecuencias de esta crisis alimentaria van mucho más allá de la economía. Después de todo, la gran pregunta acerca de los levantamientos contra los regímenes corruptos y opresivos en Oriente Próximo no es tanto por qué se están produciendo como por qué se están produciendo ahora. Y hay pocas dudas de que el hecho de que el precio de la comida esté por las nubes ha sido un desencadenante importante de la cólera popular.

¿Y qué hay detrás del repunte de los precios? La derecha estadounidense (y la china) culpa a las políticas del dinero fácil de la Reserva Federal, y hay al menos un experto que afirma que hay "sangre en las manos de Bernanke". Mientras tanto, el presidente francés Nicolas Sarkozy culpa a los especuladores y les acusa de "extorsión y pillaje".

Pero las pruebas cuentan una historia diferente, mucho más siniestra. Aunque hay varios factores que han contribuido a la drástica subida de los precios de los alimentos, el que realmente sobresale es la medida en que los acontecimientos meteorológicos adversos han alterado la producción agrícola. Y estos acontecimientos meteorológicos adversos son exactamente la clase de cosas que uno esperaría ver a medida que el aumento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero cambie el clima (lo que significa que la actual subida del precio de la comida podría ser solo el principio).

Ahora bien, hasta cierto punto, el vertiginoso ascenso de los precios de los alimentos forma parte de un encarecimiento general de los productos básicos: los precios de muchas materias primas, que abarcan todo el espectro desde el aluminio hasta el zinc, han estado subiendo rápidamente desde principios de 2009, principalmente debido al acelerado crecimiento industrial en los mercados emergentes.

Pero la relación entre el crecimiento industrial y la demanda está mucho más clara en el caso del cobre, por ejemplo, que en el de los alimentos. Excepto en los países muy pobres, el aumento de la renta no tiene un gran efecto en la cantidad que come la gente.

Es cierto que el crecimiento en algunos países emergentes como China conduce a un aumento del consumo de carne y, por tanto, a un incremento de la demanda de pienso para los animales. También es cierto que las materias primas agrícolas, especialmente el algodón, compiten por la tierra y otros recursos con los cultivos destinados a la alimentación (como también lo hace la producción subvencionada de etanol, que consume muchísimo maíz). De modo que tanto el crecimiento económico como las malas políticas energéticas han contribuido en cierta medida al repentino encarecimiento de la comida.

Aun así, los precios de los alimentos iban a la zaga de los precios de otros productos básicos hasta el verano pasado. Entonces llegó el azote del tiempo.

Fíjense en el caso del trigo, cuyo precio casi se ha duplicado desde el verano. La causa inmediata del repunte del precio del trigo es evidente: la producción mundial ha caído en picado. La mayor parte del declive de dicha producción, según los datos del Departamento de Agricultura de EE UU, es el reflejo de una drástica bajada en la antigua Unión Soviética. Y sabemos a qué se debe eso: una ola de calor y una sequía sin precedentes, que elevaron las temperaturas de Moscú por encima de los 38 grados por primera vez en la historia.
La ola de calor rusa solo ha sido uno de los muchos acontecimientos meteorológicos extremos recientes, desde la sequía de Brasil hasta las inundaciones de proporciones bíblicas de Australia, que han mermado la producción mundial de alimentos.
La pregunta, por tanto, pasa a ser qué hay detrás de estas condiciones meteorológicas extremas. Hasta cierto punto, estamos viendo las consecuencias de un fenómeno natural, La Niña, un acontecimiento periódico en el que el agua del Pacífico ecuatorial se enfría más de lo normal. Y los fenómenos de La Niña se han relacionado históricamente con crisis alimentarias mundiales, entre ellas, las crisis de 2007 y 2008.

Pero la historia no termina ahí. No se dejen engañar por la nieve: en conjunto, 2010 está vinculado con 2005 por ser el año más cálido del que se tienen registros, aun cuando nos encontrábamos en un periodo de actividad solar mínima y La Niña fue un factor de enfriamiento durante la segunda mitad del año. Los récords de temperatura no solo se batieron en Rusia, sino en al menos 19 países, que representan una quinta parte de la superficie terrestre del planeta. Y tanto las sequías como las inundaciones son consecuencias naturales de un mundo que se calienta: las sequías porque hace más calor, las inundaciones porque los océanos más calientes liberan más vapor de agua.

Como siempre, no es posible atribuir ningún acontecimiento meteorológico concreto a los gases de efecto invernadero. Pero el patrón que estamos viendo, con máximos extremos y en general un tiempo extremo que se vuelve mucho más habitual, es justo lo que uno esperaría del cambio climático.

Por supuesto, los sospechosos habituales se pondrán como locos ante las insinuaciones de que el calentamiento global pueda tener algo que ver con la crisis alimentaria; quienes insisten en que Ben Bernanke tiene las manos manchadas de sangre suelen ser más o menos los mismos que insisten en que el consenso científico sobre el clima es el reflejo de una descomunal conspiración de la izquierda.

Pero las pruebas indican, de hecho, que lo que estamos viviendo ahora es un adelanto de la alteración, económica y política, a la que nos enfrentaremos en un mundo recalentado. Y dada nuestra incapacidad para actuar frente a los gases de efecto invernadero, se avecinan muchas más cosas, y mucho peores.

Paul Krugman es profesor de economía en Princeton y premio Nobel de Economía de 2008

Fuente: El País, domingo 13 de febrero de 2011

lunes, 22 de marzo de 2010


Os estudantes da asignatura de Xeografía de Galicia da USC opinan sobre os cambios demográficos e as transformacións territoriais identificados en Galicia durante as últimas décadas, así como os principais problemas e oportunidades do futuro da xeografía rural galega.